Buceo entre la mente y la mirada.
Nada encuentro. ¡Mucho silencio!
Expongo un corazón casi muerto.
Lo toman por un momento. Luego lo dejan, como juguete viejo.
El amor no está escrito en este libro.
Susurra el viento, como un hilo de esperanza.
Llegas a mí y a la semana te marchas.
La frase engañosa se tiñe en este baño.
Sigue el silencio. Tocan el timbre.
Es la ilusión que viene a visitar a los muertos.
Revive un instante. Ya no te desarmes.
Suplican mis ojos ante el espejo.
La escritura aparece con una soga en el cuello.
Alguien aprieta fuerte. El dialogo se vuelve ahogo.
Estamos en descontento. Autora: Maida Filippini