Monólogo Martina Azul
Gente, gente, y más gente. Todos los días entra salen se anotan dejan ahí, así es mi vida en mi trabajo de rutina en rutina.. Pero no todo es malo, sacándola a mi tía sería el paraíso. Pero no podemos pedir mucho.. El otro día vino una niña, gritaba en la nuca, no pude decirle nada, pobre se fue porque se asustó de los gritos del ogro y se quedó con las dudas de que si era o no era... Esta mujer es una bruja en persona siempre lo dije. Si no fuera por mi este lugar cae al pique.
Una vez hice la prueba, falté dos semanas y saben que en esas dos semanas ni el loro apareció, jajaja. Se quedó a cargo ella y con cara de cebolla atendía a las personas.. Quien va a ir a un lugar para que la atiendan de esa forma? Nadie, por eso cuando volví me llenó de trabajo..
Entre que iba y venía, cayó un día el entrenador de la selección
femenina de volley... Nos miramos, él me preguntó sobre la cancha de volley y yo lo miraba con cara de tonta no sabía que decirle quería su número, quería que me probara en su equipo eso me gritaba por dentro y no me salían las palabras, tartamudeaba en eso que tomé coraje e iba a decirle, no va que viene mi tía y me manda con toda la mala onda a buscar su vestido más feo que su cara.. Fui, corrí 7 cuadras más rápido que flash, me atendió una pachorrienta que no sabía ni adonde estaba parada, yo estaba apurada le decía por favor atiéndame rápido y hasta
que la tortuga se dignara a atenderme tarde como 20 minutos para pagar y llevarme el vestido.. Antes de irme lo único que pude decirle al entrenador con cara de gatito mojado que por favor me esperara pero por dentro sabía que no lo haría, así fue, después de que salí de nuevo a correr con el vestido para llegar a mi trabajo el ya no estaba.. Me quería matar. Era la oportunidad de mi vida.. Tiré el vestido en un costado, la miré con cara de cebolla a mi tía, ella se acerca y me dice, gracias, como nunca claro la yegua ya sabía que era importante ese momento y tenía que jodermelo.. Se acerca y me dice el viejito que no
te esperó, te dejó este número.. Lo querés? Yo miré el papel me dije esta me está cargando y sin interés le dije si por qué no me lo das? Ok, tómalo pero esto te costará caro.. Mire el número y dudé, dije será o no será, me animé a llamar y si era él, me preguntó sobre mi accidente y quería ver si yo realmente no podía jugar del todo.. Me quería probar en un juego.. Yo feliz de la vida dije en tono desafiante cuando quiera yo estoy lista.. Mentira que iba a estar lista pero lo dejaría todo por volver a jugar. Me dijo que me llamaría para decirme la fecha
y la hora aun hasta ahora, después de ese día no sé nada pero estoy más emocionada que hasta a mi tía la trato de buenas.
Autora: Maida Filippini