El silencio de las palabras

Me detuve a pensar en la vida que me das. Me detuve a ver el horizonte esta vez.
Caminé por aquellos lugares que me señalaste. Me tropecé tanto que desvié el camino.

Me dirigí a cada enseñanza que deseaste, pero me aburrí tanto que el burro aprendió más algo.

Escribiste cada paso de mi destino, pero te olvidaste de enseñarme a leerlo como si fueras vos.
Me enseñaste que todas las cosas cuestan, pero estarías apoyándome en lo que vos quisieras para mí.
Cuando quise pensar en mí, ya no tenía tiempo, me dedique a buscar tu aprobación en el lugar equivocado para vos.
Me empujabas por un lado, y yo pisaba fuerte por otra dirección.
Cuando me detuve a verte, tus ojos iluminados, esperanzados que me vieron al nacer ya no eran los mismos que el ayer.
Sentí esa mirada triste, frustrada y decepcionada, aquella que ni en sueños desearía ver.
Intente de mil formas demostrarte que podía ser la mejor, pero no en el lugar que querías encontrarme sino en otro que me volvía más fuerte.
Busqué y busqué de mil maneras un: 'estoy orgullos@ de vos', pero el silencio de las palabras se hizo más fuerte en nuestra caminata. Dicen que de tus labios sale un gran orgullo hacia mí, pero silencias aquello que tanto quiero oír. Tal vez sea la forma de desafiarme hasta donde llegaré y sabes que esta guerrera nunca se detiene ante lo que mi ser es. Perdóname por matar aquella ilusión que depositaste en mí, antes y después de nacer.

Autora: Maida Filippini. 21:40hs 23/8/2014