Juegos, mentiras y manipulación. Ellos se envolvieron en una historia de momento. Ambos sentados en un simple bar de la calle 51, con sus parejas tan enamorados, para el mundo. Pero la conexión de las miradas, van mas allá de los observadores. Se encontraron conqueteando, al tomar sus bebidas mas caras, casi sintiendo el labio del otro, como si fuera su copa mas exquisita. Pasaban del sorbo, al mordisco, como si sus cuerpos estuvieran sintiendo cada paso que daban, a través de sus ojos.
Después de la comida, llega el postre o un café. -Deseo el postre- , dijo uno a su mujer, -Pero antes mi amor, debo ir al baño- se retiró besando sus labios. -Ahora vengo- Se escuchó en la otra mesa y ambos se detuvieron en el tiempo. Si las paredes hablaran, el baño seria el diario de cada dia, con tantas historias escuchadas, que jamás serán contadas. Sonidos de placer, hicieron eco en el baño de los hombres. Dos cuerpos iguales, una conexión apasionante, desahogaron su mas profundos deseos, en un lugar público.
Primero salió uno, al minuto el otro. -Delicioso está todo- acotó el cliente de la mesa N°3. Risas cómplices, se escapan de sus labios, mientras acomodan las sillas con coordinación. Autora: Maida Filippini
